La Comisión Europea ha aprobado el documento “Estrategia europea de seguridad energética”, el cual se enmarca en las conclusiones del Consejo Europeo de marzo de 2014 incidiendo en dos aspectos clave para la industria de bienes de equipo: la necesidad de garantizar la independencia de suministro energético de la UE por medio de medidas de promoción de la eficiencia energética; y el perfeccionamiento del mercado interior de la electricidad mediante inversiones en infraestructuras de interconexión, ambas con carácter prioritario.
Desde el punto de vista sectorial, el planteamiento de la Comisión requerirá de un análisis más concienzudo en todo lo que se refiere a los instrumentos de eficiencia energética como etiquetado ecológico, ecodiseño y mercado de derechos de emisión.
Los ejes clave de actuación para que los Estados miembros “moderen la demanda de energía” en los que se sustenta la estrategia que propone la Comisión se centran en el sector de la edificación y en el sector industrial:
– Implantación ambiciosa de las directivas de eficiencia energética y de productos de construcción;
– Apoyo decidido al marco regulatorio y a la financiación de inversiones en la mejora de la eficiencia energética en edificios, de forma que se acelere la renovación del parque y el despliegue de sistemas de calefacción por distrito;
– Promoción de la oferta de servicios energéticos y adopción de tecnologías de respuesta rápida de la demanda (generación distribuida, autoconsumo y minirrenovables), incluyendo la posibilidad de acceso complementario a fondos estructurales;
– Implantación sistemática de los planes de acción energética sostenible por parte de los ayuntamientos en el marco del Pacto de los Alcaldes;
– Auspiciar la eficiencia energética en el ámbito industrial mediante un nuevo sistema europeo de comercio de derechos de emisión.
Por su parte, la Comisión Europea se compromete a:
– Revisar la directiva de eficiencia energética a lo largo del verano de 2014 en el horizonte 2020-2030, como medida de cumplimiento de los objetivos de las políticas comunitarias energéticas y de cambio climático;
– Identificar los nichos prioritarios de los sectores clave (transporte, edificación e industria) en los que se pueden lograr reducciones más significativas de consumo energético a medio y corto plazo, incluyendo riesgos de vulnerabilidad y de corte de suministro;
– Identificar los obstáculos mayores al despegue y crecimiento de las ESE y al desarrollo del mercado de servicios energéticos, y proponer medidas no legislativas.
– Revisar las directivas de etiquetado energético y de ecodiseño a partir de la experiencia existente con el fin de mejorar su eficacia y su contribución a la reducción del consumo energético.
En conclusión, la estrategia europea de seguridad energética propone cinco ejes prioritarios de actuación:
1) Incrementar la eficiencia energética y alcanzar los objetivos energéticos y climáticos propuestos para 2030.
Las prioridades de este eje se deberían centrar en la edificación y en la industria, en la medida en que representan el 40% y el 25% del consumo total de energía de la UE, respectivamente. Se reconoce que a nivel de consumidor una información clara de las tarifas y el uso masivo de contadores inteligentes con todas sus funcionalidades serán elementos clave para lograr los objetivos propuestos.
2) Incrementar la producción de energía autóctona en la UE y diversificar los países y las rutas de suministro.
Esto significa incrementar el despliegue de las energías renovables, la extracción sostenible de combustibles fósiles y el recurso a la energía nuclear segura donde esta alternativa resulte posible. La negociación en materias de política comercial y de cooperación con Rusia, Noruega, Arabia Saudí y países ribereños del mar Caspio deberá ser una acción a desarrollar.
3) La profundización del mercado interior de la energía (electricidad y gas natural) y la construcción de infraestructuras de interconexión con las que responder a interrupciones bruscas de suministro permitirán redireccionar los flujos energéticos dentro del espacio europeo.
4) Hablar con una sola voz de política exterior en materia de energía, incluyendo la obligación por parte de los Estados miembros de informar a la Comisión Europea acerca de los acuerdos firmados o previstos con terceros países en esta materia por si afectaran a la seguridad de suministro energético de la UE.
5) Fortalecer los mecanismos de emergencia y de solidaridad y proteger las infraestructuras críticas.
Esto incluye una mayor coordinación entre Estados miembros a la hora de utilizar las infraestructuras de almacenamiento existentes, desarrollar los flujos reversibles de interconexión, realizar evaluaciones de riesgo y poner en marcha planes de seguridad de suministro a nivel regional (es decir, las seis regiones de países en que se divide la UE, como es el caso de la región sudoccidental en la que se encuentra España junto con Portugal y Francia) y de la UE.
¿Cuáles van a ser los siguientes pasos?
– El comisario Oettinger presentará este documento a los Estados miembros en el Consejo de Energía de la UE en su reunión de 13 de junio en Luxemburgo.
– El presidente Barroso presentará la estrategia a los jefes de gobierno en el Consejo Europeo en su reunión de 23 y 27 de junio en Bruselas.
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Desde el punto de vista de la industria española, el documento presenta aspecto positivos que inducirán previsiblemente importantes inversiones (interconexiones, el impulso a la eficiencia energética, refuerzo de las ESE), pero también hay áreas en las que el sesgo orientará la inversión más hacia otros sectores (como el químico y los materiales de construcción; o la calefacción de distrito, proclive en países nórdicos y de clima continental más riguroso que el español).
SERCOBE agradece comentarios y sugerencias basadas en la experiencia práctica de las empresas asociadas, con el fin de poderlas transmitir a las autoridades de las administraciones tanto nacionales como europeas.