En sus conclusiones, el Consejo Europeo opina que Europa está saliendo de la crisis financiera y económica y en la senda de la recuperación económica más vigorosa en 2014 tras varios años de crecimientos reducidos e incluso negativos.
El Consejo Europeo ha discutido sobre la situación de la Estrategia Europa 2020 como anticipo de lo que será la revisión intermedia en primavera de 2015, concentrando su atención en la competitividad industrial como medio para lograr un crecimiento económico más sólido y crear más empleo. Complementariamente, se ha producido un primer debate sobre el marco apropiado de las políticas de energía y de clima (medio ambiente) en el horizonte más allá de 2020 hasta 2030. En ese sentido, el Consejo Europeo constató la interrelación entre todas ellas: Estrategia Europa 2020, competitividad industrial y políticas energética y climática.
Sin embargo, la propuesta formulada por la Comisión Europea de incorporar el objetivo de que la industria alcance el 20% del PIB de la UE no fue aprobada por parte de los Estados miembros.
A continuación se detallan los principales puntos tratados en el Consejo Europeo de mayor trascendencia para la industria de bienes de equipo: competitividad industrial, energía y clima, y una valoración desde el punto de vista de la industria de bienes de equipo.
Competitividad industrial
Europa reconoce que necesita una industria fuerte y competitiva, en términos de producción y de inversión, como factor clave para el crecimiento económico y la creación de empleo. La comunicación de la Comisión “Por el renacimiento industrial de Europa” apunta en la dirección adecuada y así se solicita a la Comisión que elabore una hoja de ruta en la que defina cómo va a integrar de forma sistemática en todas las políticas comunitarias, incluyendo una evaluación de su impacto en la creación de una base industrial más sólida.
Asimismo, se anima a los Estados miembros a adaptar las medidas europeas destinadas a fortalecer la competitividad industrial a nivel nacional, centrándose en la realización del mercado interior y en el fomento del espíritu empresarial, mencionando instrumentos tales como Horizonte 2020, Facilidad Conectando Europa, los fondos estructurales y de inversión aplicados al desarrollo de estrategias regionales de especialización inteligente, y el instrumento COSME para las PYME.
El Consejo Europeo reconoce el papel crucial que desempeñan las tecnologías facilitadoras esenciales (conocidas como KET por sus siglas en inglés y entre las que se encuentra la fabricación avanzada de la cual SERCOBE lleva la secretaría técnica de la plataforma española) como fuente de impulso significativo de la competitividad industrial. En concreto, se fija en cuatro áreas piloto cuya fabricación en Europa se considerar prioritaria: baterías para la electromovilidad, los materiales inteligentes, la producción de alto rendimiento y la industrialización de procesos biotecnológicos.
Se enfatiza en la necesidad de desarrollar las políticas europeas de energía y de clima en coherencia con la política industrial, abordando específicamente el problema de los elevados costes energéticos, el cual resulta particularmente sensible para aquellos sectores industriales intensivos en energía.
Energía y clima
Una política comunitaria de energía y de clima que sea coherente debe contemplar aspectos económicos y asegurar precios competitivos, la seguridad de suministro y la consecución de los objetivos ambientales 20/20/20. El nuevo marco debería estar basado en los siguientes principios:
– Una mayor coherencia entre las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero y el uso de energías renovables, con nuevos objetivos más realistas y efectivos desde el punto de vista económico para 2030. Este planteamiento incluye la revisión del sistema de comercio de emisiones.
– El desarrollo de un marco europeo adecuado de apoyo a las energías renovables que asegure la competitividad internacional.
– La seguridad del suministro de energía a precios competitivos.
– La necesaria flexibilidad para que los EE.MM. puedan cumplir con sus objetivos nacionales y decidir su mix energético.
La preocupación por el alza de los precios se refleja en medidas encaminadas a minorar los costes energéticos: mediante mecanismos de incentivación de las energías renovables basados en condiciones de mercado y armonizados a partir de 2020; el intenso apoyo a la inversión en eficiencia energética y en I+D y la implantación de medidas de gestión activa de la demanda, de forma que disminuya la capacidad de generación eléctrica ociosa.
Valoración para la industria española de bienes de equipo
La celebración del Consejo Europeo ha venido marcada por el calendario electoral de la UE, en la que a los principales partidos gobernantes adscritos a PPE y a PSE han querido destacar el inicio de la recuperación económica, si bien las cifras macroeconómicas no muestran la fortaleza de las afirmaciones categóricas formuladas, a la vista de las señales de debilidad de muchos mercados emergentes fuera de la UE.
Es sintomático que los Estados miembros no acuerden añadir un cuarto 20% a la Estrategia Europa 2020 señalando como objetivo que la industria europea llegue a representar el 20% del PIB europeo en 2020 (frente al actual 14%), pues equivale a reconocer :
– La imposibilidad de cumplirlo por parte de los Estados miembros es un reconocimiento explícito por parte de ellos de que no hay confianza en la reindustrialización de la UE y en la eficacia de las políticas industriales nacionales como para alcanzar ese ambicioso objetivo
– Para la industria de bienes de equipo habría supuesto un impulso de demanda de enorme magnitud (a escala comunitaria), creando una sólida base industrial de creación de empleo competitivo y duradero.
– La integración del cuarto objetivo de 20% para 2020 en combinación con los objetivos establecidos de sostenibilidad (20/20/20) habría significado una apuesta por la competitividad industrial basada en eficiencia energética, energías renovables competitivas y viabilidad ambiental, reduciendo de forma significativa las emisiones de gases de efecto invernadero.
– En el caso de España, equivaldría a incrementar 0,5% el peso de la industria en su contribución al PIB cada año: eso significa que el VAB de la industria manufacturera debería crecer en más de 5.000 millones de euros cada año hasta 2020 (crecimientos anuales de facturación del 5%).
– Semejantes niveles de inversión trasladados a la UE y a los mercados globales potenciales darían un liderazgo industrial mundial a la UE (y también a España), de gran fortaleza competitiva: de ahí las implicaciones con política comercial y de cooperación para el desarrollo.
– La aplicación de las tecnologías facilitadoras esenciales (entre ellas la fabricación avanzada, las TIC, las nanotecnologías, la fotónica y la nanoelectrónica) de forma extensiva a la industria manufacturera y a infraestructuras (energéticas como redes inteligentes, urbanas en ciudades inteligentes, de transporte, entre otras) serán vectores de desarrollo para la industria de bienes de equipo, aportando base para un crecimiento sostenible y duradero, y para la creación de empleo a la UE.
– A este esfuerzo se volcará el conjunto de estrategias regionales de innovación (RIS3) y los fondos estructurales y de cohesión del período 2014-2020 estarán orientados a fortalecer las competencias competitivas basadas en especialización inteligente (priorizando sectores específicos para cada región europea): cada subsector de la industria de bienes de equipo debería identificar las regiones de Europa que apuestan por los sectores objetivos y debería diseñar una estrategia de I+D (Horizonte 2020), inversión (plantas piloto) y demanda.